miércoles, diciembre 21, 2005

Diástole: Diástole.

Nada qué hacer. Ese día lo encontraron tirado en el patio de la casa de su abuela. No estaba muerto, pero era un sujeto diferente. Era una pelea poética, un hombre contra todo lo que imaginaba.
El maldito adversario atacaba de nuevo, mientras su corazón seguía y seguía creciendo. Crecía y crecía; no podía contraerse. Diástole, diástole, diástole; hasta que fue tan grande tan grande, que no cupo en su torso y éste también comenzó a expandirse, hasta que fué tan grande tan grande, que la piel no resistío y reventó como un globo pinchado por un alfiler.
Hombre alienado: hombre sin imaginación.